1:24 AM – Miércoles en algún Hotel
Cada gota que recorría por el cuerpo de Lucia ocasionaba la creación de un posible nuevo universo, pero más allá de ello se encontraban los besos de Aurora, que dejaban rastro en cada parte de aquél suave lienzo. Allí en sus labios le dio un toque ligero con la yema de sus dedos y pudo rozarle el alma.
La respiración agitada y entre cortada de Lucia solo anhelaba que se convirtieran en una sola esencia.
Desnudas, haciendo el amor con sus miradas.
Aurora desviando la codicia del divino susurro
Lucia acariciando su mentón respondió ‘
‘Quizás la ropa’’
Y acariciando sus piernas dijo sin mas
“Me gustaría colocarme mi abrigo e irme”
La sonrisa de la castaña era un grito desesperado para la desilusión de Aurora, y no dudó en cortar la poca o quizás la eterna distancia que había en ambas y la rodeó
con sus brazos para así acariciar su cabello mojado, a lo que ella respondió plasmando su mejor beso en aquellos labios carmesí. Fue un gran acto de valentía en toda esa
cobardía que habitaba en ellas.
No se podía distinguir las traviesas e imprudentes lágrimas en sus rostros ya que el agua se adueñó de ellos.
Donde quiera que te encuentres ahora, te pido que nos amemos eternamente,
aunque nuestros cuerpos ya no vuelvan a permanecer.
By, Ivonne Galvis.
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